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sábado, 8 de mayo de 2010
La habitacion Azul
rescatando material viejo
No es mi mejor obra... pero da para pensar
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LA HABITACIONN AZUL
Ese día tome mi chaqueta con rapidez y salí detrás de Toshi y Kao, era un día especial, tan esperado, estábamos ansiosos, Incluso esos largos viajes tediosos en autobús ese día eran animados y llenos de bromas, comentarios que solo los mejores amigos pueden entender entre si, a pesar de que la tarde empezó a caer y el cielo grisáceo se mezclo con el anaranjado ocaso, ese día, todo parecía lleno de brillo y entusiasmo.
Bajamos del bus rápidamente, como si este estuviese apunto de explotar en llamas. Llegamos! por fin llegamos, demasiados años de admiración, al menos yo, eh esperado un concierto como este durante mucho tiempo, a penas estuve próximo a la entrada, me quede de pie un momento afuera de ese gran teatro mirando la gigantografia publicitaria que rezaba *Versailles en concierto, 24 de Mayo, 20:30 hrs.* Quise saborear el momento de a poco y con calma, Pero de pronto Toshi tomo mi manga y tiro de mi corriendo hacia la puerta.
-Vamos Kyo! Rápido!- Dijo sin la más mínima delicadeza, ella es así… nada se puede hacer.
-Vamos- exclame esforzándome por no chocar con el resto de la gente que también intenta entrar mientras corremos.
El interior del teatro es maravilloso, tiene un toque muy colonial y a la vez moderno, algo bohemio, al igual que el mismo Versailles, naturalmente no hay sillas en un concierto de Rock, aunque sea un Rock sinfónico, Pero eso no es preocupación para nadie a pesar de las horas que hemos estado de pie y sin sombra ni asientos para sortear el calor, Pero sino no seria un verdadero concierto de Rock.
-Kyo!.- Me llama Kao desde un poco mas adelante – Mira!- grita por el ruido y señala una plataforma justo en medio del teatro – Si logramos conseguir un espacio allá arriba veremos todo muy bien y muy cerca.
Me entusiasmo al oír eso, creo que eh sonreído casi instantáneamente
-Si! Hay que intentarlo!- dije, mientras nos apresuramos a dicha plataforma.
Tenemos suerte, aun no ha llegado tanta gente y parecemos ser los únicos con la idea de adueñarnos de la plataforma, esta bastante alto y no hay donde acomodar los pies para subir, Pero de todas formas lo conseguimos, a Toshi le ah costado muchísimo, ya que tiene la altura de una niña aun y hemos tenido que ayudarle, no sin antes gastarle algunos comentarios antipáticos, típicos de cuando Kao y yo nos confabulamos para molestarle.
Veo todo desde aquí, que emocionante! Mis ansias corren por todo mi cuerpo saliendo en gritos y movimientos frenéticos hasta que de un momento a otro se han apagado las luces, Pero no escucho la habitual exclamación colectiva de cuando esto ocurre… que esta pasando?... el aire ah cambiado… no es pesado ni sofocante como lo es cuando hay muchos pulmones respirando juntos en un pequeño espacio cerrado… comienzo a incomodarme, miro en todas direcciones pero mis ojos solo pueden ver oscuridad y estoy a punto de llamar a Toshi y Kao, Pero la plataforma se estremeció como si algo enorme hubiese chocado contra ella, casi haciéndome caer y me aferre lo mas fuerte que pude al borde frió de metal, tanto que sentí la piel de mis manos quemarse por el roce.
Se encendió de repente una tenue luz amarillenta desde la lámpara de un pequeño escritorio, iluminando el papel mural blanco que recubría todas las paredes de lo que era, esta vez, una habitación sencilla sin ventanas, algo sombría, con una antigua televisión reposando en una esquina olvidada, solo se mantenía igual la plataforma en la que aun estaba sentado con los pies guindando hacia el vació, a pesar de ser una habitación estrecha con un techo inusualmente alto, no me pareció en absoluto extraño estar aferrado a esa altura. La plataforma volvió a retumbar, mis músculos se tensaron hasta lo doloroso, el miedo se acumulo en mi garganta apretándola y alentando mis nauseas, pude ver a Toshi y Kao debajo de mis pies, pude oír sus voces, pero no parecieron advertir mi presencia ni el retumbar de la plataforma, quise llamarlos, Pero el miedo se hizo cada vez mas intenso y frió, el movimiento se hizo mas fuerte y mis manos se aferraron con aun mas fuerza al borde metálico y cerré los ojos, apretándolos, esperando que cesara de una vez, justo en el momento en que mis dedos dejaron de estrujar el metal frió y mis uñas se clavaron en la carne de mis palmas secamente, dejando de sentir el tuvo de metal, mis puños apretaron tela y mis pies tocaron el suelo de una alfombra, me sorprendí, debo haberme estremecido y, seguramente, lanzado un grito.
Abrí los ojos, la lámpara ya no estaba iluminando la habitación sino que, dominaba el cuarto un velo azul, cuya fuente era el televisor en aquella esquina, el cual no tenía sonido y la pantalla solo mostraba nieve, la plataforma se había convertido en una sencilla cama de hospital, Ya no estoy seguro de comprender todo lo que ocurre…
Mis sentidos están constantemente torpes, mis manos tiemblan hasta para las tareas mas simples, varias veces eh derramado agua u otros líquidos en la alfombra intentando saciar mi constante sed, La luz daña mis ojos, incluso mas que antes, no soporto la luz del sol, especialmente las luces blancas y amarillas, Por eso, esta siempre encendido el televisor, porque aquella luz azul es la menos dolorosa a mi visión, cuando vienen extraños y encienden la luz, es como si un flash me quemara las retinas y no puedo evitar gritarles y lanzarles cosas, por eso, se que atrás de la puerta les advierten de lo que deben y no deben hacer, puedo escucharlos, lo puedo escuchar todo fuera de aquí, debido a esto, me eh dado cuenta que ya no soy dueño de mi voluntad, mis impulsos me dominan constantemente, aunque mi mente trate de apaciguarse, todo me irrita, las palabras salen en un despilfarro incoherente de mi boca y mis pensamientos son cada vez menos sólidos.
Eh dejado la noción por el tiempo, solo la pequeña habitación azul se ah convertido en todo mi universo y hace poco me han puesto una camisa blanca, como todo el resto de mi ropa, que no me permite mover mis manos, Pero desde que la tengo ah desaparecido un ardor de mi cara, antes cada vez que apoyaba la cara en las sabanas, estas se teñían de manchas rojas, como cortes, como rasguños…
Hace algún tiempo ah venido a verme Shinya, realmente no se si fue hoy o si fue hace algunos días, Últimamente vienen hombres de blanco que me sostienen y pinchan mi brazo con un liquido verdoso, esta poción me mantiene aletargado y mas inútil que nunca, ya no ataco a la gente, no porque no me surjan deseos de hacerlo, sino porque mi cuerpo me parece tan pesado que las fuerzas no me alcanzan, ni la mente me responde para esos movimientos ágiles, Shinya entro muy despacio en la habitación cuando vino a visitarme, algo asustada tal vez, eh percibido su presencia y creo que eh abierto mucho los ojos de repente, porque sentí dolor detrás de estos, como si los nervios halaran de mi cerebro, Pero no eh movido ni un músculo, Shinya se ah puesto frente a mi y se arrodillo para ponerse a mi altura, ya que yo estaba sentado sobre mi cama con los pies encogidos y me saludo.
- Hola Kyo, Como estas?
Escuche que le decían a Shinya, que me hablara *como si no tuviese nada* antes de que entrara, Acaso tengo algo… ?
- Me dijeron que ya no te mueves mucho, pero la verdad, nadie entiende bien que es lo que te ocurre.
Pensé muchas cosas mientras Shinya me hablaba, Pero no le dije ni una palabra, no entiendo porque… Quería agradecerle por venir, o preguntarle como va todo con Alexis, Pero no pude, Porque no pude?
- Yo se que estas ahí en alguna parte, Kyo- dijo susurrando, muy cerca de mi cara y pude notar un brillo en su mirada a medida que ella me decía esto -Vuelve, Kyo- Comenzó a levantar la voz, porque seguramente cree que no puedo escucharle. –Vuelve! Vuelve!!- Sus palabras se escapaban por mis oídos y yo trataba de retenerlas en mi cabeza para que no se fueran – Esto no puede pasarte!! Kyo!! No a ti!!- Sentí que mi garganta se cerraba y escuche entremezclado con sus gritos y el silencio, mis propios gemidos…
Antes de darme cuenta, las lágrimas estaban corriendo de mis mejillas sin poder detenerlas y tratando de mover mis manos hacia Shinya, Pero no podía… y tampoco le dije nada, no dije nada hasta que se levanto de su lugar al frente mío y cruzo el umbral de la puerta. Luego de un largo rato con la cabeza inclinada hacia delante y estremeciendo mi cuerpo, no me podía explicar como es que mi cuello estaba húmedo y mis ojos ardían, No lo entiendo, ya no entiendo nada.
En otro momento vino a verme Toshi, creo que pude oír la voz de Kao afuera, pero no estoy del todo seguro, Toshi abrió le puerta con cuidado al igual que todos los que vienen, como si esperaran que algo les fuera a saltar encima cuando pongan un pie en la alfombra, me parece que yo estaba sentado en el suelo, con aquella camisa blanca que no me permite mover las manos, con la espalda apoyada en la suavidad del colchón de mi cama, mi cabeza estaba inclinada hacia atrás y solo eh mirado hacia delante cuando Toshi me saludo
- Hi Kyo! – pude ver una forzada sonrisa en sus labios cuando se acerco a darme un tímido beso en la mejilla, Que es el miedo que siento de su parte? Peque ya no puedo comprenderla? Lo mismo me ah pasado con Shinya… con mis amigos, aquellos a los cuales podía leer como un libro apenas con oír el sonido de su voz, ahora hay un dolor en mi pecho, un vació triste, antes lleno de algo de lo que eh sido despojado, traducido en Toshi, esa figura siempre alegre que corría por todos lados sonriendo, ahora parado frente a mi nerviosamente, analizando los rincones de mi miserable habitación azul para no mirarme directamente a la cara, no hay nada que ver en esos rincones, mi rostro debe tener una deformación terrible producto de la falta de estimulo a mi mente, me eh vuelto una cucaracha viviendo en las cuatro limitadas paredes de mi conciencia, esa conciencia antes amplia y hermosa, ahora mi vació crece y no puedo hacer nada, contemplándolos a todos tan lejos, mas aun, con expresiones tristes al estar cerca, ellos sin saber que hacer para ayudar porque algo se ah roto en mi interior, yo sin saber nada de nada, si este vació va a seguir creciendo y hiriendo todo a mi alrededor…
- Kyo, traje algunos dulces para ti, quieres?
…prefiero que me absorba hasta que no quede nada de una vez!
- Hay algo que necesites?- pude oír la voz de Toshi mezclada con mis tribulaciones.
Me levante de un salto de mi cómoda postura y todo mi cuerpo se estremeció al sentir esa posición erguida que no había adoptado hace ya mucho tiempo, ya estoy al limite y no se como eh llegado aquí, que almenas pueda alejar todo lo querible para que no sea descompuesto junto conmigo y mire a Toshi, a través de mi ya largo cabello descuidado.
-NO QUIERO NADA!!!- Mi grito resonó de tal forma en la habitación que pareciera que las paredes lo hubiesen absorbido y expulsado mil veces. El estimulo rompió todo enlace mental que haya formado anteriormente y mis sentidos colapsaron, Toshi había dado un paso atrás y al mirarme su cara se lleno de miedo, pero seguramente no repare en ello, me impulse hacia atrás y quede sentado en mi cama, mire hacia todas las direcciones y dije – es raro… muy raro... después de tanto tiempo, escuchar mi voz de nuevo! – espere un momento hasta que mi propia voz llegara a mi desde las paredes, comencé a reír de forma histérica y ruidosa, mis manos trataban de escapar de la camisa blanca, mi pecho se levanto una y mil veces, hasta que caí a uno de mis costados, vencido por la fatiga, evidentemente, Toshi ya no estaba ahí, solo la habitación azul, ahora ya no queda nada.
Cada tres días, si estoy en lo correcto, viene un sujeto que estoy seguro que ya conozco desde antes, nunca logro identificar como ni cuando es que lo conocí, Pero el viene y se sienta frente a mi con calma, hace muchas preguntas y escribe con rapidez, como si el lápiz bailara en su mano, sobre una tabla que siempre porta religiosamente, mientras me observa y me escucha, su presencia no me incomoda en lo absoluto, excepto cuando estoy de mal humor o cuando no estoy de ánimos para hablar y el me presiona a responder sus preguntas.
Esa persona parece no temerme, ni emanar esa sensación de repulsión por mi en sus actos y su rostro, como si obstinadamente quisiera formar parte de mi entorno, al igual que los reptiles cuando se mimetizan o las personas cuando desean obtener algo y antes deben ganarse la confianza, Sin embargo, es agradable poder estar con alguien que me trata como si estuviese conciente de que mi mente esta en desorden y no vacía, quizás con la esperanza de que esta se reponga y se ordene de nuevo, no como el resto de las personas que vienen, que me creen un caso perdido y hasta hablan de mi muerte como un alivio enfrente de mi, como si yo no entendiera lo que dicen.
Esa persona cuando entra, me saluda y sonríe casi inmediatamente, toma asiento frente a mi en una silla simple y esta vez ah tomado mis manos, por algún motivo se me permite tener las manos libres de la prisión de la camisa blanca cuando el esta aquí, eh podido notar a esta distancia tan corta los dibujos de su corbata y el aroma de su perfume, elementos tan cotidianos que casi había olvidado de las personas.
-Así que estas manos ya no dibujan nada, verdad?- me pregunto en forma lastimosa.
-Aunque no las tuviese inútiles, atrapadas en la camisa blanca, todo el día… tiemblan demasiado como para trazar nada- dije esto molesto, por lo gratuito del comentario e intento pronunciar cada palabra en forma clara, aunque lentamente.
-Ya veo, como te has sentido últimamente?
-Nada- dije secamente –No siento nada.
-Me han dicho que no deseas salir de aquí, porque no quieres? Quizás sea mejor recetar otro tipo de medicamentos.
- Jamás eh dicho que no quiero salir de aquí, asimismo… jamás eh dicho que quiero quedarme en este lugar, Todo lo que hagan esta bien para mi.
-No deseas hacer nada? Ni ver a nadie?
-Nada ni Nadie.
-Incluso a mi?
-No deseo que venga, ni tampoco deseo que desaparezca de aquí- Con el me era posible hablar de una forma sumamente sincera.
-Piensas en que sea posible volver a ser lo que eras antes de llegar aquí?
-Pienso que… algo se ah quebrado en mi interior, no se… si será mi conciencia o mi percepción de la realidad, no lo se… solo se que se ah roto en mil pedazos y que uno de esos trozos se ah perdido, por lo tanto, cada vez que intento volver a armar aquello que se ah quebrado me es imposible y se vuelve caótico… solo queda la nada.
-Que hay de las personas a las que les interesas?
-Antes… todo lo que yo hacia, era por amor- la palabra sonó raramente amarga en mis labios- amor a ellos, amor a mi, amor a cumplir los sueños y la felicidad, hoy todo es una masa abstracta incomprensible, irreal.
Pude ver un dejo de frustración en sus ojos mientras dije todo esto, pero aunque hubiese explotado en un nudo de amargura no me habría importado.
-Piensas en morir?- pregunto finalmente.
-Tengo tiempo para pensar en todo aquí.
-Esta bien- dijo el, mientras escribía como de costumbre, esta vez en forma desanimada –Es todo por hoy.
Guardo su lápiz negro y se puso de pie, en medio de la habitación azul, que siempre esta igual, como detenida en el tiempo… antes de que avanzara hacia la puerta, un impulso recorrió mi cuerpo desde mi pecho y lo tome de la manga de su traje con fuerza, lo cual hizo que se volteara, sorprendido.
-Ahora yo tengo una pregunta para usted- dije y sonreí ampliamente- A quien debo acudir para no enloquecer, como aquí y ahora, cuando despierte?
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